Tuesday, 31 December 2013

"Brindaz por Madriz" o Notas sobre la pronunciación fricativa sorda de la -d final


Estas navidades están siendo muy fructíferas por lo que respecta a la recién germinada y nacida en mi inspiración bloguera. Escribo esta entrada sin manuales a mano, así que no puedo documentarme mejor, razón por la cual me excuso.

Cuando antes de partir de viaje navideño publiqué en mi perfil de Facebook una versión modificada del crismas fonético del año pasado reproducido abajo, una amiga y ex-compañera de trabajo, profesora de inglés gallega no tardó en lanzar una semicrítica hacia mi versión de la transcripción en castellano afirmando que discrepaba con la fricativa que utilicé al final de “Navidad” tachando, no sin razón, la pronunciación que representaba de madrileña.


crismas unico con transcripciones foneticas

Es sabido que el uso del sonido fricativo interdental sordo en posición final en lugar de una versión debilitada/desaparecida del fonema sonoro es uno de los rasgos distintivos del habla de la Villa. Este estereotipo forma parte de la imagen de la capital hasta tal punto que el nombre de la misma se transcribe, humorísticamente o no, con la grafía Madriz (existe hasta una revista llamada Es Madrid No Madriz cuyo blog podéis consultar aquí y otras marcas también la explotan). A raíz de lo sucedido, me he planteado dos preguntas:
  1. ¿Cuál es la verdadera naturaleza del fenómeno lingüísticamente hablando? ¿Es de verdad tan por antonomasia madrileño este fenómeno? ¿Es algo nuevo?
  2. ¿Por qué despierta tanto sentimiento negativo en algunos sectores de la población?



La respuesta a la pregunta número 1 parece fácil: no, no es típicamente madrileño ni mucho menos, pues está mucho más extendido en los dialectos norteños. De hecho, hay quien pronuncia y escribe "Valladoliz" (vide Madrid) y el ex-presidente Zapatero (siendo leonés) pronuncia, como puede comprobarse en este vídeo, “verdad”, “Valladolid” con una marcada “zeta” final, lo cual ha sido motivo de burla de parte de algunos.

Ahora, según Lapesa es una pronunciación históricamente bien arraigada en castellano.

“Y la /d/ tomaba un sonido asibilado que ora se escribía con d (poridad, verdad, sabed), ora con t (poridat, verdat, sabet) y a veces con th (abbath, Uith ‘vid’) y z (liz por ‘lid’ en Berceo): probablemente era el de la [θ] que el castellano vulgar de hoy pronuncia en saluz, Madrid, azmitir.”
(R. Lapesa (1981). Historia de la lengua española. Madrid: Gredos. P. 208)
A continuación repoducimos las realizaciones no finales de /d/.


Alófonos de /d/
ejemplos
 [d] posición inicial, tras /l/ y /n/

Diego /’djeɣo/
alcalde /al’kalde/
duende /’dwende/

[ð] otras posiciones
dedo /’deðo/



Partiendo de lo dice el Diccionario Panhispánico de Dudas sobre la /d/ final:

“También es extremadamente débil la pronunciación de la /d/ final de palabra, que en el habla poco esmerada de algunas zonas de España tiende a perderse: *[madrí, usté, berdá], por Madrid, usted, verdad; en realidad, en la pronunciación normal se articula una /d/ final muy relajada, apenas perceptible. En zonas del centro de España, algunos hablantes cambian por /z/ el sonido /d/ en final de sílaba o de palabra, pronunciación que debe evitarse en el habla esmerada: *[azkirír] por adquirir, *[birtúz] por virtud. Entre hablantes catalanes es frecuente pronunciar la /d/ final como una /t/, por influjo del catalán: *[berdát] por verdad.”

obtenemos varias opciones: 1) la pérdida; 2) la pronunciación de la /d/ muy debilitada, un mero amago articulatorio sin apenas perceptibilidad fonética [ð]; 3) la [θ] y la 4) [t]. Mientras que la última opción probablemente sea la menos extendida y la más estigmatizada como no propia del castellano, las tres primeras se inscriben perfectamente en el sistema. Así, hay gente que insiste en que se debería pronunciar (y que ellos pronuncian) una /d/ (opción 2), sin embargo, una [d] oclusiva sonora en el fondo sería inviable y una [ð] también dificultosa por una serie de razones. Entre los numerosos procesos que ocurren en la coda silábica en castellano (una posición bastante débil, existiendo en español una marcada tendencia a la estructura silábica CV [ka.ka]]) hay una regla que reza que las consonantes oclusivas sonoras se vuelven sordas en posición final de palabra dando formas como “pub” [paf].

Se permiten en posición final de sílaba/palabra en castellano los fonemas /l/, /r/, /n/, /s/, /θ/ (que sufren una serie de procesos dialectales) y el dichoso /d/. Sin embaro, la /d/ se desarrolló en castellano mediante la sonorización de la /t/ latina en tiempos anteriores a la desaparición de la –e final después de dicha consonante ("virtude-virtud"; "Madride" también es una forma registrada, por ejemplo, en el CORDE, aunque los orígenes y el desdarrollo del nombre probablemente sea tema para otra entrada íntegra). Dicha desaparición dejó a la pobre /d/ como única oclusiva (además sonora) en un lugar fonológicamente poco oportuno y es comprensible que la lengua busque soluciones para normalizar y “arreglar” el sistema. Esta búsqueda nos brinda el abanico de opciones desde la pérdida, pasando por debilitacion al hasta la [θ] (sustitución por el sonido más idóneo por ser el equivalente sordo de una de las realizaciones alófonicas del fonema /d/, a saber, [ð] (sonido fricativo/aproximante interdental sonoro).

Curiosamente, si consultamos este mapa basado en el ALPI (Atlas Lingüístico de la Península Ibérica), parece que es la elisión la que más extendida está, aunque no nos deberíamos fiar excesivamente de estas isoglosas porque no distinguen realizaciones sordas de las sonoras e indica que en Madrid la -d se elide, lo cual, como bien es sabido, no es forzosamente cierto.

Dicho todo esto, hay que puntualizar que el fonema /d/ seguido de vocal, p.ej. "de Madrid al cielo", es un entorno muy propicio para discernir qué es lo que uno verdaderamente tiene como fonema allí. En todo caso, si se precisan más datos, en este enlace hay un recorrido bastante completo por las vicisitues de la –d final.

Pronunciaciones de la -d final


Ya a modo de anécdota, todo esto me recuerda 2 cosas: por un lado, las pronunciaciones de mis alumnos, quienes dicen *[dox] por [dɒg] (*[dok] /*[dog]) o [bix] por [bɪg] (*[bik]); por otro, el descubrimiento personal de hace años cuando una profesora de una universidad madrileña me hizo reflexionar mucho gracias a sus pronunciaciones (castellanas septentrionales) de los finales de sílaba en palabras como pragmático o digno, donde no sólo se desonorizaba la consonante, sino también se fricatizaba dando realizaciones como [dixno] o [prax’matiko]. Y desde entonces ha florecido mi fascinación por la complejidad de lo que ocurre al final de la sílaba castellana.


Llegado hasta aquí, como un gran “fans” de todo lo madrileño, en respuesta a la cuestión numero dos, adoptaré, obviamente una postura defensora, puesto que yo mismo, en mi imperfecto castellano, pronuncio a menudo “verdad, Madrid, soledad” con [θ] y fue ese el motivo por el cual, a conciencia, opté por transcribir así la palabra “navidad”. No es una aberración o un error o un descuido. De hecho, entre todas las opciones 1-3 es la última la que más energía articulatoria requiere, una solución perfectamente sistémica y valiosa, como hemos visto. Dice Lapesa en Historia de la Lengua Española (1981: 478) que en los dialectos septentrionales: “la dicción cuidadosa [...] rehúye Valladolí, salú, bondá.”

No tengo osadía suficiente en el fondo para contestar la segunda pregunta. ¿Por qué, por ejemplo, es aceptado el leísmo sólo en uno de los casos siguientes?

  1. A Pedro le quiero mucho.
  2. ?A tu madre le vi ayer
  3. ?Coge el vaso y pásamele.

Para que una forma se considere estándar y de prestigio se tienen que conjugar una serie de factores actitudinales, políticos y de otra índole, factores no perinentes y poco interesantes desde el punto de vista lingüístico. Madrid es la capital, con todo lo que conlleva para lo bueno y para lo malo.

Resumiendo, las razones para reivindicar la realización [θ] del fonema /d/ final son:

  1. No es hábitat natural del fonema /d/ la posición final de palabra;
  2. La "zeta" tiene sentido dentro del sistema;
  3. No es un descuido;
  4. La zona donde ha triunfado es un mucho más amplia que Madrid;
  5. Le confiere un colorido especial a la variedad castellana septentrional;
  6. La "zeta" mola mazo.
¡Brindaz por la saluz y longevidaz de la zeta final en Madriz! 

Thursday, 26 December 2013

Mari Crismas / Navideñamente

Hace un par de días con motivo de las celebraciones empezó a circular por la red un meme con un imaginario menú de Nochebuena en casa de la eminente alcaldesa de la villa de Madrid, cuya copia podéis consultar abajo. La eminente alcaldesa ya nos proporcionó directamente unos momentos de risa saludable con su "relaxing cup of café con leche" hace unos meses, una expresión que, por lo menos temporalmente, se ha convertido en un texto de la cultura en este país donde uno puede tomar un simple y elidido "relaxing" (habría que ver cuán duradero será el fenómeno). Ahora, Doña AB ha vuelto a hacerme reír de forma indirecta (a través de una(s) mente(s) prodigiosa(s) de "memeros" digitales), por lo cual, desde mi humilde posición, le doy las gracias.

Como profesor que soy, tan frecuentemente expuesto a las ingeniosas traducciones digitales en los trabajos de mis alumnos, me he quedado sorprendido y francamente entretenido por esa divertida iniciativa. Hasta hoy en día me acuerdo de una de esas perlitas lingüísticas que me amenizó una madrugada y aunque ya no soy capaz de reconstruir textualmente aquel disparate, recuerdo que se trataba de una frase en inglés, obviamente fruto del trabajo del traductor, con la palabra "pipe" incrustada en un contexto en el cual no se le podía asignar ningún significado que no resultase ridículo. Ante ese hecho, habiendo recurrido a una estrategia de análisis sintáctico-semántico contextual y al haber determinado que tratábase, con toda seguridad, de un verbo y probablemente en un tiempo pasado, identifiqué un posible significado de "obligación". Sirva de ejemplo ilustrativo la siguiente frase inventada ad hoc:

The witness pipe to go to court.

En aquel momento, sólo me quedaba por trazar el camino que habían recorrido los algoritmos del traductor Google para llegar a tal solución. Al localizar, entre los posibles significados que para "pipe" figuran en mi diccionario mental, la palabra "tubo", se hizo luz: "el testigo tubo que ir al tribunal". Así quedó patente no sólo la negligencia académica, sino también la ignorancia y/o descuido ortográficos del autor. Sin embargo: no, no hubo suspenso, sino risas en clase ante una situación tan absurda.


el famoso menú navideño en casa de los AznarAnalicemos ahora algunos de los mecanismos que rigen las traducciones del menú de arriba:

Para empezar, el uso de la palabra inglesa "little" para rendir el significado de los diminutivos españoles genera cierto efecto cómico. Así obtenemos "little Russian salad" por ensaladilla rusa (ing. Olivier salad); "little tit cheese" - una traducción, a mi parecer, bastante lograda, puesto que, en efecto, el queso debe su nombre a su particular forma -,"little flags" por banderillas y "little bacon from Heaven" por tocinillo de cielo (una inquietante metáfora en el propio español).

Entre los "covers" (tapas) reina, sin duda alguna, "for her", la traducción literal de la forma apocopada del sintagma preposicional "para ella", homófona con "paella".  Pero tampoco se quedan atrás las carnes encabezadas por "bull's cock" seguido de "pussy to the little garlic" donde se juega con el significado de "rabo" y "conejo" en la lengua coloquial para denotar el pene y la vagina, respectivamente. En el segundo caso, además, se explota la comicidad de la traducción literal del sintagma preposicional "al ajillo", procedimiento repetido en "golden to the iron".

Abundan en este pequeño texto traducciones literales jocosas; así encontramos dorada/golden, milhojas/one thousand leaves, fruta del tiempo/weather fruit, licor de hierbas/liquor of grasses. Se trata mayoritariamente de una sencilla exploración de la polisemia/homonimia de la palabra española antes de la ejecución la traducción, enriquecida en el caso de "caballa/female horse" a través de la asignación de un significado ausente a la palabra "caballa" por sus coligaciones morfoetimológicas (según el diccionario CLAVE, el nombre del pez se troqueló haciendo referencia a los pequeños saltos que dan los ejemplares encima de la superficie marina). Pero hay también traducciones más ingeniosas. Por ejemplo, "he came with the landlady" juega con la homofonía del sustantivo masculino vino y la tercera persona del pretérito perfecto simple del verbo venir, además de basarse en la ambigüedad de la palabra "casera", la cual puede ser un adjetivo singular femenino (y como tal constituye el nombre de una marca de gaseosa) o tener un significado sustantivo de "propietaria".

Y para acabar, mis dos favoritos:

1) "turrón/your rum", una reinterpretación fonológica gracias a la cual obtenemos un sustantivo masculino singular con un posesivo incorporado (mirrón, turrón, surrón, nuestrorrón, vuestrorrón); habría que preguntarnos como sería el plural de dicho sustantivo en una frase como "Ya se ha comido los dos susrrones/surrones";

2) "trucha en su salsa/homosexual in his element" es especialmente interesante por diversas razones: en primer lugar, se recurre a la acepción coloquial de "trucha" (no recogida en el DRAE), un recurso ya de por sí cómico y de etimología incierta. Internet está lleno de explicaciones anecdóticas como esta o esta; lo que sí es seguro es la peninsularidad del giro que, además, según El Diccionario gay-lésbico de Félix Rodríguez (2008, Madrid: Gredos), ha dado pie a una serie de derivados: truchi, truchón/-a, trucho, truchismo. En el famoso menú, el significado de "trucha" se traslada al inglés mediante el empleo de una palabra quasitécnica perteneciente a un registro neutro/formal generando un efecto aún más chistoso. En segundo lugar, el sintagma preposicional "en su salsa" que alude a la forma de preparar el plato, se reinterpreta como figurado y se traduce por la expresión inglesa equivalente obteniendo un contraste metafórico y de registros hilarante entre las dos lenguas.

En definitiva, considerada la complejidad y riqueza conceptual detrás de este meme, no me queda otra que felicitar a sus autores y desearles, y a todos, un buen e ingenioso año 2014.

¡Mari Crismas!
Schwalosopher