En el artículo anterior hablaba
de las palabras del año en la lengua inglesa. La riqueza de rankings en el
mundo anglófono parece no hallar un equivalente en el área hispánica. Un simple
rastreo en Google remite a una serie de páginas acerca de la palabra escrache,
el vocablo del año 2013 según la Fundéu del BBVA. Esta palabra con origen
rioplatense se refiere a las manifestaciones de protesta delante de domicilios
de los gobernantes y no figura en el DRAE, aunque sí está registrado su
derivado verbal “escrachar” ('romper, destruir, aplastar'; 'fotografiar a una persona'). Es curiosa su
etimología, o más bien, las numerosas teorías acerca de ella que parten del
italiano schiacciare ‘aplastar’, el genovés scrâcca ‘escupir’ que llegarían al
español a través del lunfardo. A algunos no se les escapa tampoco el parecido
con el verbo inglés scratch ‘rascar, rasgar’.
El escrache, similarmente a lo habíamos
visto en el caso del inglés, es una palabra popularizada por los
acontecimientos políticos y sociales. Sin embargo, el listado original
comprendía otros interesantes términos entre los que elegir como: wasapear, autofoto (‘selfie’),
meme, bosón, expapa, al lado del, por desgracia, copago, emprender, ere,
austericidio. Y por desgracia no sólo por lo que suponen los referentes a nivel
socioeconómico, sino sobre todo porque los términos se han apoderado de esta
encomiable iniciativa de concurso mientras que la lengua castellana dispone de
tantas otras voces de une belleza indescriptible. Es verdad: austericidio se sale un tanto del
tedio gracias a su semiingeniosidad morfológica y cholismo supera mis
capacidades interpretativas dado que no soy avezado en deportes. Pero incluir
entre las candidatas la palabra ere es
un atentado contra todo sentimiento de estética y dignidad lingüística.
Curiosamente, cierta falta de
imaginación lingüística también ha sido partícipe de la elección de la palabra
más bella del castellano por la Escuela de Escritores en el año 2006 cuando la
ganadora fue amor. Por muy de acuerdo que esté con la belleza inherente del
concepto, la palabra amor no puede ser, para el servidor, la palabra más bella
del español por trillada y poco original. La falta de imaginación de los
votantes la corroboran las palabras que siguen: libertad, paz, vida y, qué
alivio, azahar, una pizca de fantasía.
Qué bonita parece, al lado de esta, la iniciativa
de apadrinar palabras que caen en desuso de la misma Escuela de Lectores, donde algunos han intentado
salvaguardar tesoros léxicos como alféizar, cachivache, hogaño, cáspita y otros
términos que no domino, pero de cuya hermosura y utilizad estoy profundamente convencido.
Por todo lo expuesto hasta este punto,
me inclino por el concurso organizado por el Instituto Cervantes con motivo del
Día E. Todos los que guardamos
alguna relación con la villa de Madrid nos acordaremos seguramente de los
globos con palabras que estuvieron durante un prolongado tiempo adornando la
fachada del edificio del Instituto. Cachivache lucía orgulloso entre otros términos interesantes. La palabra ganadora del concurso convocado
en 2011 fue Querétaro, un bello y esdrújulo nombre de una ciudad mexicana
propuesta por el actor Gael García Bernal, quien despliega sus concpetos lingüísticos de a pie en este vídeo.
No puedo no admirar la e prétonica reducida a la mexicana en la primera pronunciación de palabra por Gael. Asismismo. Asimismo, recomiendo fervientemente que
tomen un tiempo para ver los demás vídeos, aunque sólo Shakira nos propone la
original meliflua con su voz de las misma características; los demás no se escapan del tedio, por elucubrar sobre los conceptos en vez de gozar del sonido y la grafía u, otra vez, nos brindan amores, sentimientos, alegrías y libertades anodinos. No me extraña que ganara Quéretaro por aportar un tanto de frescura.
Para mencionar algunas palabras
favoritas mías como zozobra, zurcir, desasosiego, murciélago, nocturnidad y, obviamente,
el sempiterno cabrahigar, vocablo aprendido hace años grabado con mucha fuerza
en mi mente que aunque no haya sido jamás testigo de su empleo ni soy un
usuario asiduo personalmente, salvo en situaciones particulares, considero de una belleza absurda e inequiparable (fíjense en la hermosa tilde de cabrahígues). (Casi) todas as voces que encabezan mi listado destacan por sus cualidades estéticas y/o su
baja frecuencia de uso. Y desde luego a través del signifiant que
el signifié. Igual por deformación profesional. Igual porque no identifico la
pregunta sobre “la palabra más bella” con una sobre “el concepto más bella”. En mi humilde opinión, saussurianamente hablando, una bella palabra debería conjugar la hermosura
del significado y del significante, y el segundo tiene que despertar algún tipo de interés.
Picado por la curiosidad acerca de los motivos que guía a las personas a la hora de elegir sus palabras favoritas o las que estiman más bellas, he conducido una pequeña encuesta en mi perfil del Facebook. Hasta ahora los resultados han sido más que satisfactorios e instructivos: sexo, ojizarco, gilipollez, petulante, ronroneo, libélula, abanto, nimiedad, espídico, parranda, tiquismiquis... ¿A qué son todas más atrayentes que amor? Ahora, sin conclusión alguna y consciente de la subjetividad de toda esta empresa, abandono. De momento.
Picado por la curiosidad acerca de los motivos que guía a las personas a la hora de elegir sus palabras favoritas o las que estiman más bellas, he conducido una pequeña encuesta en mi perfil del Facebook. Hasta ahora los resultados han sido más que satisfactorios e instructivos: sexo, ojizarco, gilipollez, petulante, ronroneo, libélula, abanto, nimiedad, espídico, parranda, tiquismiquis... ¿A qué son todas más atrayentes que amor? Ahora, sin conclusión alguna y consciente de la subjetividad de toda esta empresa, abandono. De momento.
¿Y ustedes? ¿Cuáles son sus
palabras favoritas en castellano? Por la razón que sea.